Compasión y conflicto.
Nov. 06, 2019Admiro a las mujeres que trabajan en este paisaje hermoso pero tan hostil a veces para sus cuerpos: la comida, el viento, las caminatas, las manos en la tierra constantemente…
Ayer llegaron algunas de mis ovejas morochas; ariscas y gordas, las ovejas preñadas, las borregas lanudas. No reconocen potrero pequeño ni perros arrieros, ellas vienen de la libertad de la pampa. Y me vi junto a esas bellas lanudas como un jinete de turno que las área a la montaña. Jinetear una empresa junto a mis socias y quizás una cooperativa. Una empresa que fue creada a través de una visión de paisaje único, salvaje y saludable a la vez, que respalda negocios familiares de crianza sostenible, ojalá, paisajes con diversas poblaciones de vida silvestre para las generaciones futuras.
Al igual que muchos otros sectores ganaderos, Mallín Grande está bajo el conflicto entre ganaderos y venta de terrenos… y temo por esa gente brava de cordillera que nunca renunció frente al peligro, lejanía o pérdida de animales por depredadores.
Por eso la empresa se enfoca en la oportunidad de un cambio positive y esto se traduce en una certificación que da valor agregado y equilibra la balanza por pérdidas naturales: WILDLIFE FRIENDLY, certificación, en estos campos, relacionada con los perros pastores ovejeros para el cuidado de las ovejas. Funcionó en la pampa amplia de donde vienen, donde las cordilleras son un refugio de pumas, zorros y otra fauna.
A veces la mejor manera en que podemos ayudar a nuestra comunidad en esta lucha entre lo doméstico y lo salvaje no es enfocándonos en los animales o paisajes, sino escuchando a personas, sus historias y corazones, porque el conflicto tiene sus raíces en las diferencias humanas. A veces sentarse por horas, días, con ese áspero y duro gaucho y escuchar que es un problema para él les tan significativo como el crear un aérea protegida y restringir los accesos. Quizás en sus palabras puedas entender que los depredadores de Ganado no es la fauna silvestre, sino algunos hombres que cegados no ven el valor de la vida de campo; nunca pueden visualizar una meta como la soberanía alimentaria o la mantención de la identidad (identidad que por lejos es más simple y por ende más sustentable que la identidad globalizada).
Las peores amenazas vienen de compradores ambiciosos que cierran sus campos con fines más parecidos a la especulación que a la conservación, porque realmente conservacionistas hay pocos, se necesita ser muy valiente, generoso y desapegado, cualidades en decaimiento hoy en día.
Esas conversaciones al calor de un fuego con sus Buenos mates entregan nuevas perspectivas y un ova aprendiendo de todos, lo que te desafía a pensar críticamente sobre las propias creencias.
Cada una de las mujeres con las que queremos trabajar ofrecerá algo único y valioso, ya que así es la feminidad por estos parajes: única y valiosa, escasa a veces.
El mismo paisaje se revela con una energía que es maternal, igualmente delicada como protectora. Las mujeres de estas familias llevan una fuerza que es esencial para la supervivencia mental en estas áreas y no puedo evitar pensar que ese mismo espíritu protector y amoroso vive a través de ese oficio del hilado y del tejido, como así en el cuidado del animal. Todo está conectado: la supervivencia, alimentación, vestimenta y hogar.
Todo eso es Patagonia Aysén , donde hay que mirar con ternura y compasión esta vida de colonos, que enseña pero también muta. Así es, porque en esa mutación resaltan a veces los conflictos, pero el conflicto es un viaje, uno que experimentamos toda la vida, ningún argumento es estático, va transformándose con el tiempo, pero sí hay que definir nuestro enfoque y valores frente a estos dilemas; Podemos optar por transmitir una historia de odio, de amenazas y pérdidas a las futuras generaciones, o una de oportunidad si sabemos leer con bondad lo que la tierra puede significar.